Leucemia
Es el tipo de cáncer hematológico más frecuente en niños y adolescentes; siendo la primera causa de muerte por enfermedad en la etapa infantil. Aunque la leucemia es un cáncer muy poco común en adultos, cuando aparece en edad avanzada puede tener un desarrollo acelerado.
Un lugar con tratamientos especializados y decisiones oportunas
La sintomatología de la leucemia es muy compleja, pudiendo variar de acuerdo al tipo de cáncer que desarrolla cada paciente. Para obtener un diagnóstico acertado, el paciente debe ser sometido a conteos sanguíneos específicos y biopsias de médula ósea que permitirán detectar el tipo de leucemia.

La leucemia mieloide aguda representa el 33% de todos los casos de la enfermedad.

La tasa de supervivencia de niños con leucemia es muy alentadora con el tratamiento adecuado.

Enfoque médico personalizado
El tratamiento para los niños nunca será igual al de un adulto; nosotros tomamos cada caso de forma particular para obtener el enfoque idóneo que amerita el paciente.

Bienestar General
En su batalla contra la leucemia nunca estará solo; en nuestro centro encontrará el apoyo de psicólogos oncólogos y especialistas en nutrición para que su proceso sea emocionalmente más equilibrado.

El Especialista
Un vasto equipo médico liderado por hematólogos y oncólogos clínicos, le ayudarán a encontrar las mejores alternativas de tratamiento para superar la enfermedad.
¿Qué es la leucemia?
Es una enfermedad hematológica que se origina cuando las células productoras de sangre sufren mutaciones cromosómicas que alteran la división celular; ocasionando que estas se multipliquen sin parar y se vuelvan cancerosas.
Hay muchos tipos diferentes de leucemia; algunos de ellos se desarrollan especialmente en niños, mientras que otros tantos aparecen sólo en adultos mayores.
La formación de glóbulos blancos está directamente involucrada en la aparición de la leucemia; ya que son justamente estas células, las que se reproducen y dividen de forma organizada para atacar las infecciones del cuerpo humano. Sin embargo, las personas que padecen de leucemia producen una cantidad incontrolable de glóbulos anormales, que al no trabajar de forma correcta se convierten finalmente en cáncer.
Leucemia linfocítica aguda en adultos
La leucemia linfocítica aguda (LLA) es un tipo de cáncer que afecta principalmente a los linfocitos (glóbulos blancos) y la médula ósea; pudiendo extender su alcance a los glóbulos rojos y las plaquetas.
La producción descontrolada de células leucémicas en la sangre, deja menos lugar para que las células sanas ejecuten sus funciones normales; lo que conlleva a que el paciente sea más propenso a padecer infecciones, sangrado y anemia.
Esta enfermedad empeora rápidamente cuando no es tratada a tiempo; su diagnóstico incluye: exámenes de sangre y biopsias de la médula ósea para confirmarlo. En algunos casos, la leucemia linfocítica aguda puede diseminarse a otras partes del cuerpo, entre ellas: ganglios linfáticos, sistema nervioso central, hígado, bazo, testículos, etc.
Leucemia mieloide aguda
La leucemia mieloide aguda (también conocida como leucemia no linfocítica) comienza en la médula ósea y se traspasa rápidamente a la sangre. Al igual que la leucemia linfocítica, esta enfermedad se puede propagar a órganos vitales.
A diferencia de otros tipos de cáncer, la leucemia mieloide aguda tiene la particularidad de no formar tumores; por lo que su extensión parte desde la médula ósea a lugares como el bazo y el hígado. En este caso en específico, el pronóstico va a depender del subtipo de leucemia mieloide aguda que tenga el paciente, la edad y el resto de los resultados de laboratorio.
La clasificación de la leucemia mieloide aguda, se divide de acuerdo a las características de las células desarrolladas y la madurez que tienen. Los subtipos de la AML van desde el M0 hasta el M7 y sus nombres son los siguientes:
(M0) Leucemia mieloblástica aguda indiferenciada (glóbulos blancos).
(M1) Leucemia mieloblástica aguda con maduración mínima (glóbulos blancos).
(M2) Leucemia mieloblástica aguda con maduración (glóbulos blancos).
(M3) Leucemia promielocítica aguda (glóbulos blancos).
(M4) Leucemia mielomonocítica aguda (glóbulos blancos).
(M4 eos) Leucemia mielomonocítica aguda con eosinofilia (glóbulos blancos).
(M5) Leucemia monocítica aguda (glóbulos blancos).
(M6) Leucemia eritroide aguda (glóbulos rojos).
(M7) Leucemia megacarioblástica aguda (Plaquetas).
Leucemia linfocítica crónica
Es un cáncer de sangre y médula ósea que crece en las células B de los glóbulos blancos; su desarrollo es lento y suele aparecer en adultos caucásicos mayores de 65 años de edad.
El paciente con leucemia linfocítica crónica puede durar años con la enfermedad sin haber experimentado ningún síntoma; no obstante, cuando ya se encuentra en un estado avanzado puede mostrar señales como: hematomas dispersos por el cuerpo, fatiga y ganglios linfáticos inflamados.
Aunque las probabilidades de cura total de la enfermedad sean muy bajas, las personas con CLL pueden tener una vida larga y plena con el tratamiento médico adecuado.
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Leucemia mieloide crónica
La leucemia mieloide crónica inicia directamente en la médula ósea a causa de una alteración cromosómica espontánea; es de crecimiento lento y muy inusual. Los más propensos a padecerla son los adultos mayores, predominando más en los hombres que en las mujeres.
Al tener un desarrollo prolongado, los síntomas son casi imperceptibles durante las primeras etapas. Más adelante, la enfermedad arrojará síntomas como: cansancio, sangrado, pérdida de peso, sudoración nocturna excesiva y cambios en el tono de piel (palidez).
Leucemia en niños
En la leucemia infantil la médula ósea tiene una producción descontrolada de glóbulos blancos; estas células leucémicas anómalas no son capaces de proteger el cuerpo y mucho menos combatir infecciones u otro tipo de enfermedades.
Generalmente, la leucemia infantil aparece de forma contundente e inesperada; por esta razón, las cifras de la enfermedad en niños suelen ser tan alarmantes. La leucemia linfocítica aguda y la leucemia mieloide aguda son las más frecuentes, siendo ambas de rápido crecimiento.
Síntomas de la leucemia en adultos
Las personas con leucemia pueden presentar los siguientes síntomas:
Debilidad.
Cansancio.
Fiebre.
Pérdida de peso sin razón aparente.
Dolor en la espalda, los huesos o el área torácica.
Infecciones recurrentes.
Falta de aire.
Inflamación de los ganglios linfáticos.
Mareo.
Menstruación irregular o alargada (mujeres).
Jaquecas.
Palidez.
Heridas que no sanan.
Manchas rojas en la piel.
Encías irritadas o sangrantes.
Cicatrización lenta.
Moretones.
Cabe destacar que la aparición de estos signos no siempre es igual en todos los casos; por lo que cada paciente con leucemia puede percibir las señales de una forma muy diferente al resto.
Síntomas de la leucemia en niños
Muchos pacientes pediátricos son tan pequeños que no saben exactamente cómo expresar lo que están sintiendo; la tarea del núcleo familiar, es observar detenidamente el comportamiento del niño para tratar a tiempo tanto los síntomas como la enfermedad en sí.
La leucemia infantil puede mostrar señales de advertencia como:
Cansancio constante.
Fiebre.
Palidez.
Sudoración nocturna.
Hematomas.
Sangrado.
Falta de apetito.
Pérdida de peso.
Puntitos rojos bajo la piel (sangrado interno).
¿Cuándo consultar al médico?
Muchos tipos de leucemia avanzan sigilosamente, por lo que recomendamos acudir al médico después de experimentar algunos de los síntomas antes mencionados. También es importante, que las personas con antecedentes familiares de leucemia se realicen chequeos preventivos para descartar la enfermedad.


Causas de la leucemia
Aún en la época actual, se siguen estudiando las causas de por qué ocurren las alteraciones celulares que provocan la leucemia. No obstante, ya se han determinado factores de riesgo que aumentan la manifestación de la enfermedad; este punto lo explicaremos a continuación…
Factores de riesgo
Se le considera factores de riesgo a todas aquellas características que pueden incrementar las probabilidades de padecer una enfermedad, por ejemplo: la leucemia.
Los principales factores de riesgo de la leucemia son:
Edad: Los más propensos son los niños/ jóvenes hasta los 15 años y los adultos mayores de 65 años.
Sexo: Algunos tipos de leucemia se presentan con más frecuencia en hombres que en mujeres.
Tabaquismo: El humo del tabaco está repleto de agentes cancerígenos, los cuales pueden ser absorbidos por el cuerpo y propagarse por el torrente sanguíneo.
Exposición a sustancias químicas, entre ellas: Benceno, humo de cigarro y vapores de gasolina, pegamentos, detergentes o solventes.
Trastornos sanguíneos (mielofibrosis idiopática, policitemia vera, trombocitemia esencial, etc.).
Tratamientos previos con quimioterapia o radiación.
Mutaciones genéticas de nacimiento (Síndrome de Bloom, Shwachman – Diamond, Li- Fraumeni, Kostmann, Down, entre otros).
Antecedentes familiares (madre, padre o hermanos con leucemia u otros cánceres).