Cáncer de Tiroides

La tiroides es una glándula endocrina localizada en la base del cuello que tiene una apariencia muy similar a la de una mariposa. Las hormonas tiroideas son las encargadas de regular algunas de las actividades esenciales del cuerpo humano, entre ellas: el metabolismo, la temperatura corporal, la frecuencia cardíaca y la presión arterial.

ATENCIÓN INTEGRAL

Un equipo médico que le ayudará a superar todos los pronósticos

Cuando la neoplasia es detectada y tratada a tiempo, la esperanza de vida tiene porcentajes muy alentadores sobre ciertos tipos de cáncer de glándula tiroide. Nuestros especialistas en oncología, tienen el compromiso ético de conseguir las soluciones idóneas para asegurar su recuperación.

Las mujeres son 3 veces más propensas a sufrir de cáncer de tiroides que los hombres.

Las estadísticas indican que 1 de cada 5 pacientes con cáncer de glándula tiroide cuenta con antecedentes de hipotiroidismo.

Diagnóstico y Estadificación

Ofrecemos diagnósticos oportunos avalados en las pruebas de detección más confiables: Análisis sanguíneo de la función tiroidea (TSH), biopsias, exámenes físicos y más.

Bienestar

Durante cada etapa del proceso, usted contará con apoyo físico y mental gracias a la intervención de psicólogos y nutricionistas dedicados al paciente oncológico.

El Especialista

Un equipo de oncólogos de gran trayectoria, se reúne para evaluar cada caso de forma particular y brindar un abordaje integral ajustado a las necesidades del paciente.

¿Qué es el cáncer de la glándula tiroide?

El cáncer de tiroides es una enfermedad que se origina por la multiplicación e invasión de células anormales en los tejidos de la glándula tiroidea. La tiroides está conformada por dos lóbulos (derecho e izquierdo) los cuales se unen en el centro por un istmo.

Aunque las causas del cáncer de tiroides aún no se encuentran definidas, se cree que en su aparición están involucrados factores hereditarios, ambientales y físicos; dentro de este último, podemos mencionar el sobrepeso y la obesidad.

Tipos de cáncer de tiroides

En la glándula tiroides predominan 2 tipos de células muy específicas: Las células foliculares (encargadas de la producción de hormonas tiroideas) y las células C (responsables de producir la calcitonina).

Cada una de estas células tiene la capacidad de generar tumores tanto benignos como malignos; por ello, se debe determinar con precisión la neoplasia endocrina del paciente, a fin de encontrar el método de tratamiento más adecuado.

Entre los principales tipos de cáncer de tiroides se encuentran:

Cánceres diferenciados

La mayor parte de los casos de cáncer de glándula tiroide corresponden a este tipo; siendo la proliferación de células foliculares el detonante de la enfermedad. Los cánceres diferenciados de tiroides cuentan con su propia división, pudiendo mencionar:

Cáncer papilar tiroideo

También conocido como carcinoma papilar o adenocarcinoma papilar, es el cáncer diferenciado de tiroides diagnosticado con más frecuencia. Son cánceres de crecimiento lento, pero de igual forma, pueden propagarse hacia los ganglios linfáticos; sin embargo, con el tratamiento idóneo los resultados a mediano y largo plazo suelen ser excelentes.

Cáncer folicular tiroideo

A diferencia del cáncer papilar, el adenocarcinoma o carcinoma folicular tiroideo no se propaga a los ganglios linfáticos del cuello. En etapas avanzadas, esta enfermedad busca extenderse a lugares más remotos como los huesos y los pulmones; y aunque esto no parezca nada alentador, debemos mencionar que las probabilidades de supervivencia en estos casos son bastante favorables.

Cáncer de células Hurthle

Este tumor representa tan solo un 3% de todos los cánceres de tiroides, por lo que se considera uno de los tipos menos frecuentes. No obstante, es un cáncer muy agresivo, de rápida diseminación y con un comportamiento cambiante ante los distintos tratamientos oncológicos, lo que hace que las labores médicas sean más complejas.

Cáncer medular

Es un cáncer que comienza en las células C y puede extenderse tanto a los ganglios linfáticos como al hígado y los pulmones; su detección y tratamiento puede resultar difícil. El cáncer de tiroides medular (MTC) tiene 2 subtipos: El MTC Esporádico (no hereditario) y el MTC Familiar (hereditario).

Cáncer de tiroides anaplásico

De todos los cánceres tiroideos este es indudablemente el más agresivo; su gran poder de invasión sobrepasa el alcance de la mayoría de los tratamientos médicos. Las mujeres mayores de 60 años de edad son las más propensas a padecerlo.

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Síntomas del cáncer de tiroides

Las primeras etapas de la enfermedad pueden transcurrir sin ningún síntoma evidente; pero a medida que este continúa avanzando, el paciente puede comenzar a notar lo siguiente:

Nódulo tiroideo perceptible al tacto.

Sensación de presión o ahogo en las estructuras del cuello.

Cambios en el tono de voz (dicción más gruesa, ronca o áspera).

Dificultad para deglutir alimentos.

Inflamación de los ganglios linfáticos en el cuello.

Dolor y molestías constantes en cuello y garganta.

Factores de riesgo

Los pacientes con cáncer de tiroides, independientemente de su tipo, comparten uno o más de estos factores de riesgo:

Sexo: Aunque medicamente se desconocen las razones, las estadísticas mundiales demuestran que el cáncer de tiroides ocurre 3 veces más en las mujeres que en los hombres.

Heredar un gen anormal u otro síndrome genético de un familiar de primer grado.

Falta de yodo en el organismo o exceso de él.

Exposición a la radiación: Los tratamientos previos con radiación en áreas como el cuello y la cabeza, aumentan el riesgo de desarrollar cáncer de tiroides a futuro.

Sobrepeso u obesidad: Múltiples investigaciones indican que las personas con mayor índice de masa corporal son más vulnerables a la enfermedad.

Alternativas médicas no quirúrgicas

Vigilancia activa: Algunos pacientes con cánceres pequeños pueden permanecer mucho tiempo con la enfermedad sin que esta crezca o se disemine; en estos casos, el oncólogo puede sugerir controles periódicos durante el año para vigilar de cerca cualquier cambio.

Terapia hormonal: Este tratamiento consiste en reemplazar o complementar las hormonas que se producen dentro de la tiroides; su intención es equilibrar la actividad hormonal después de una cirugía, o en su defecto, frenar la producción excesiva de TSH.

Yodo radioactivo: La ingesta controlada de yodo radiactivo permite destruir las células cancerosas cuando éstas absorben directamente la sustancia. Esta opción es más frecuente y efectiva para el tratamiento de cánceres diferenciados.

Ablación por alcohol: Con una guía ecográfica se ubica el tumor y se inyecta una solución de alcohol para reducir las células cancerosas. La ablación por alcohol se utiliza principalmente en tumores pequeños en la tiroides o los ganglios linfáticos.

Medicamentos selectivos: En la terapia selectiva se suministran fármacos para bloquear algunas de las sustancias químicas vitales para las células cancerosas.

Radioterapia: Durante la radioterapia, el paciente es sometido a rayos X de alta potencia directamente sobre el cuello para eliminar las células malignas.

Quimioterapia: Esta opción involucra la administración de sustancias químicas específicas que viajan por el torrente sanguíneo para erradicar todo rastro de células malignas.

Ablación tumoral térmica: La transmisión de frío y calor extremo ha demostrado ser muy útil para provocar la muerte celular; sobre todo, cuando el cáncer de tiroides se ha diseminado a otros órganos como los pulmones y el hígado.

Cuidados paliativos: Este tipo de atención médica complementaria se enfoca en mejorar la calidad de vida del paciente oncológico con cáncer agresivo.

Métodos quirúrgicos

Cirugía: A través de la cirugía es posible extraer de forma parcial o total los nódulos tiroideos. Entre las intervenciones más comunes se encuentran: Tiroidectomía (eliminación total del tejido tiroideo), Lobectomía tiroidea (extracción de la mitad de la glándula) y Disección de los ganglios linfáticos.

Prevención del cáncer de tiroides

De todos los factores de riesgo conocidos, tan solo 2 de ellos se pueden modificar. A continuación, nuestras recomendaciones al respecto:

Mantenga una ingesta de yodo controlada: El yodo está estrechamente relacionado con el cáncer de tiroides. El exceso de este elemento puede resultar tan perjudicial para la salud como su deficiencia.

Proteja su tiroides de la radiación ionizante: Si necesita recibir radioterapia como tratamiento de otra enfermedad o debe someterse a pruebas radiológicas, pregúntele a su médico qué medidas puede aplicar para proteger su glándula tiroidea de estos efectos.

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