Oncología Pediátrica
Proveer los cuidados médicos para el tratamiento del niño con cáncer, así como la orientación que sus padres necesitan, es nuestra prioridad.
Cuidados para los más pequeños
La oncología pediátrica fusiona el conocimiento preciso de la anatomía y fisiología de los niños desde su nacimiento, hasta su transición a la edad adulta; con el estudio de las diferentes neoplasias que pueden presentarse en esta porción de la población.
En países desarrollados, la tasa de mortalidad infantil por esta causa es bastante baja, si se compara con ciertos países de Latinoamérica.
Nuestro servicio cuenta con personal calificado para asegurar el mayor bienestar a los consentidos de la casa.


Estadísticas favorables
El tratamiento del cáncer infantil ha evolucionado a lo largo de los últimos 25 años; alcanzando en la actualidad una tasa de curación superior al 75%.

Un paciente muy especial
El cáncer en edad adulta no es tratado de la misma manera que durante la infancia; motivo por el cual existen profesionales formados exclusivamente para brindarles atención.

El Especialista
Conoce y domina las técnicas precisas para el tratamiento del niño con cáncer; así como las estrategias de abordaje y orientación necesarias para los padres.
Videos de Oncología Pediátrica
Preguntas frecuentes
Cáncer cerebral o del sistema nervioso central
En primer lugar encontramos los tumores (benignos o malignos) desarrollados en el cerebro y la médula espinal; los cuales son tratados con cirugía, quimioterapia y radioterapia en el común de los casos.
Aun cuando en la actualidad no existen nuevos tratamientos que ofrezcan una evolución más favorable para estos pacientes tan complejos; son casos que se encuentran en constante investigación y desarrollo.p>
En tanto que son problemas cuyo tratamiento implica un mayor grado de complejidad; son los más frecuentes en niños hasta los 14 años (26%) y adolescentes (21%).
Leucemias:
Luego se ubica este tipo de cáncer que afecta las células productoras de la sangre y la médula ósea; causando en consecuencia la aparición de glóbulos blancos anormales.
En consecuencia, estos glóbulos blancos atacan las células sanas y alteran diversos valores hematológicos del paciente; provocando otras situaciones severas, como anemias e infecciones.
Algunos tipos de leucemia con los que debe lidiar la oncología pediátrica son:
- Leucemia linfoide aguda (ocupan alrededor del 22% de los casos que se desarrollan entre los 0 – 14 años).
- Leucemia mieloide aguda:
Aun cuando es muy frecuente la leucemia linfoblástica aguda, seguida de otras variantes de la enfermedad; los avances científicos han favorecido el desarrollo de nuevas terapias que permiten aumentar las probabilidades de supervivencia del paciente hasta casi el 70%.
Linfomas:
Este cáncer se desarrolla en el sistema linfático, atacando las estructuras que forman parte del sistema inmunológico del cuerpo y ayudan a eliminar impurezas. Se clasifica en 2 tipos:
- Linfoma de Hodgkin (más frecuente en adolescentes entre los 15 – 19 años, ocupa el 12% de casos).
- Linfoma no Hodgkin:
En tanto que los linfomas pueden diseminarse fácilmente a través del sistema linfático y alcanzar la médula o el sistema nervioso; en general presentan muy buen pronóstico cuando son tratados oportunamente.
Tumores óseos:
Aunque muchos tipos de cáncer se diseminan hacia los huesos, existen algunos de ellos que aparecen y se desarrollan precisamente en la estructura ósea de los niños.
Un ejemplo de esto es el Osteosarcoma; un tipo de cáncer infantil frecuente entre adolescentes que afecta principalmente las extremidades. Por su parte, el Sarcoma de Ewing suele aparecer en los huesos de las costillas.
En cualquier caso, estos tipos de cáncer han evolucionado considerablemente en cuanto a sus esquemas de tratamiento; logrando reducir los índices de mortalidad infantil asociado a estas causas hasta en un 50%.
Neuroblastoma infantil; Nefroblastoma (tumor de Wilms):
Al mismo tiempo, algunos tipos de cáncer renal afectan exclusivamente a los niños.
Articularmente, el neuroblastoma se desarrolla solo en niños y una buena proporción de ellos manifiesta la enfermedad en el transcurso del primer año.
De la misma manera, el tumor de Wilms afecta el hígado, acaba en metástasis pulmonar; y en general tiene un comportamiento completamente diferente en comparación con los tumores en adultos.
Sin embargo, en torno a estos tumores se mantiene investigación constante en procura de tratamientos más efectivos; sobre todo en los que logran identificarse en estadíos avanzados de la enfermedad.
Rabdomiosarcomas:
Por otro lado, este tipo de cáncer en extremo agresivo, ocupa los tejidos blandos del cuerpo (principalmente brazos, piernas, cabeza, cuello y vías urinarias); afectando el sistema musculo – esquelético.
No obstante, ya se cuenta con nuevos esquemas de tratamiento en quimioterapia que están aportando alternativas para mejorar progresivamente el pronóstico de esta enfermedad.
Retinoblastoma:
Finalmente, otro de los tumores que se mencionan como frecuentes dentro de la oncología pediátrica es el Retinoblastoma; una patología relativamente frecuente en Latinoamérica, que afecta (y en muchos casos compromete) la visión.
Sin duda, el factor hereditario juega un papel protagónico en estos pacientes que a pesar de todo cuentan con un buen pronóstico tras la cirugía y terapias complementarias; alcanzando hasta un 95% de pacientes recuperados.
A partir de las investigaciones científicas más recientes y los casos de estudio en pacientes con cáncer infantil; se ha determinado que la mayoría de neoplasias en niños no pueden evitarse.Por otra parte, aunque la herencia juega un rol importante entre los diferentes factores de riesgo en el campo de la oncología pediátrica; estos casos representan una minoría dentro del rango total.
Sin embargo, existe una cantidad considerable de casos vinculados a la exposición directa con fuentes radioactivas y algunas sustancias químicas; pero en cuyo caso no hay estudios concluyentes que confirmen dicha relación. Por último, hay que mencionar que el cáncer en los niños es en la mayoría de los casos una aparición sorpresiva que debe ser atendida inmediatamente para evitar su progreso.
En principio, es normal que se sienta temor, angustia, rechazo y hasta molestia al conocer que su hijo tiene cáncer. No obstante, la aceptación es una etapa que debe ser vivida y resulta fundamental para lograr un rápido abordaje y un mejor pronóstico en beneficio del paciente. En este sentido, el equipo médico que estará a cargo del niño podrá ofrecer toda la información necesaria para que comprenda cual es el tipo de cáncer, en qué etapa se encuentra, los esquemas de tratamiento previstos y las posibles complicaciones que pueden llegar a presentarse.
Luego de obtener esta información y conociendo el pronóstico; también es importante manejarlo con el niño en un lenguaje comprensible para él, de manera que colabore en su tratamiento a sabiendas que se sentirá mejor y eventualmente estará curado de su enfermedad. Por supuesto habrá que hacerle frente a efectos secundarios de los esquemas de tratamiento previstos; pero en este sentido también es positivo estar conscientes de que es una situación temporal que podrá ser superada en la medida que estos se cumplan.