Más De 800 Millones De Personas En El Mundo Sufren De Obesidad

Categoría:  General / Por: Panama Cancer Clinic

La obesidad ha pasado de ser una preocupación individual a convertirse en una crisis global de salud pública. Con más de 800 millones de personas afectadas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta enfermedad crónica va más allá de un problema estético: aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades no transmisibles como diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, hipertensión y ciertos tipos de cáncer.

Un problema que no deja de crecer

Desde 1975, la obesidad se ha triplicado en todo el mundo. En América Latina y el Caribe, la situación es particularmente preocupante. Datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) revelan que el 60% de la población adulta y el 33% de los niños y adolescentes sufren de sobrepeso u obesidad. Este aumento exponencial responde a diversos factores, incluyendo cambios en la alimentación, mayor consumo de productos ultraprocesados y un estilo de vida cada vez más sedentario.

Más que una cuestión de voluntad

Contrario a la creencia popular, la obesidad no es simplemente el resultado de malos hábitos o falta de disciplina. Es una enfermedad multifactorial donde influyen aspectos genéticos, metabólicos, ambientales y conductuales. El Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre (NHLBI) ha identificado al menos 15 genes relacionados con la obesidad. Aunque la predisposición genética puede aumentar el riesgo, adoptar un estilo de vida saludable puede ayudar a mitigar su impacto.

Además, ciertas condiciones médicas como el síndrome metabólico o el síndrome de ovario poliquístico también pueden favorecer el aumento de peso. En estos casos, es fundamental contar con un enfoque médico integral para alcanzar un peso saludable.

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Consecuencias en la salud y la calidad de vida

La obesidad no solo afecta la salud física, sino también la emocional y social. Las personas con obesidad enfrentan un mayor riesgo de desarrollar:

  • Diabetes tipo 2: El exceso de grasa corporal puede generar resistencia a la insulina, dificultando el control del azúcar en la sangre.
  • Enfermedades cardiovasculares: La obesidad está estrechamente relacionada con la hipertensión, el colesterol elevado y el riesgo de infarto.
  • Ciertos tipos de cáncer: Estudios han vinculado la obesidad con un mayor riesgo de cáncer de mama, colon, endometrio y riñón.
  • Trastornos del sueño: La apnea del sueño es común en personas con obesidad y puede provocar fatiga crónica y otros problemas de salud.
  • Problemas articulares: El exceso de peso ejerce una carga adicional sobre las articulaciones, aumentando el riesgo de osteoartritis y dolor crónico.

A nivel emocional, muchas personas con obesidad enfrentan discriminación, estigmatización y baja autoestima, lo que puede derivar en depresión y ansiedad.

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Hacia una solución: prevención y tratamiento

La obesidad es prevenible y tratable, pero requiere un enfoque multidisciplinario. Algunas estrategias clave incluyen:

  1. Alimentación equilibrada: Priorizar alimentos naturales, ricos en fibra, proteínas y grasas saludables, y reducir el consumo de azúcares y ultraprocesados.
  2. Actividad física regular: Realizar al menos 150 minutos de ejercicio moderado a la semana ayuda a mantener un peso saludable.
  3. Atención médica personalizada: Consultar con profesionales de la salud, incluyendo nutricionistas, endocrinólogos y psicólogos, es fundamental para abordar la obesidad desde un enfoque integral.
  4. Educación y concienciación: Las políticas públicas deben fomentar entornos saludables, regulando la publicidad de comida ultraprocesada y promoviendo la actividad física desde la infancia.
  5. Apoyo emocional: Combatir el estigma asociado a la obesidad es crucial para que las personas afectadas busquen ayuda sin miedo al juicio social.

El Día Mundial Contra la Obesidad nos recuerda que esta enfermedad no es una cuestión de imagen, sino de salud pública. Su impacto trasciende la apariencia y afecta la calidad de vida de millones de personas. La solución no está en la culpa individual, sino en una respuesta colectiva que aborde las causas profundas de esta crisis global. Con educación, políticas de salud y apoyo profesional, podemos trabajar hacia un mundo donde la obesidad deje de ser una amenaza creciente.



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